Sí. Todos tenemos ese día en el que nos levantamos con todas las
ganas de comernos el mundo y resulta que ese día es una gran decepción. Hay días
en los que nada te sale bien y por mucho que lo intentas sigue sin salirte, un
problema de matemática, un paso de baile o tal vez el simple hecho de decirle a
una amiga tuya que lo que lleva puesto le queda mal. Sé que os parecerá una bobería
pero si no creéis en vosotros mismos nunca os van a salir las cosas. Cuando os levantéis
por la mañana lo primero que debéis pensar no es que ropa poneros o que vas a
hacer ese día, sino decirte a ti mismo que ese día va a ser un gran dia, salgan
como salgan las cosas.
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